Frankenpolish: Glitterpuke Holográfico

¡Hola! Hoy os escribo una entrada muy muy especial.

No sé si estáis familiarizadas con el concepto de frankenpolish. No es muy difícil de averiguar, simplemente es la creación de nuevos esmaltes de uñas con otros previamente existentes, mezclándolos, añadiendo pigmentos, purpurinas, lo que sea que se os pase por la cabeza. Parece un arte fácil, pero en realidad no lo es, hay que comprender muy bien el funcionamiento de cada ingrediente, los colores, intensidades, transparencias... Yo he intentado hacer muchos, pero éste es el unico que me gusta lo suficiente para conservarlo, el resto los he tirado ya que fueron un fracaso absoluto.

Éste lo hice partiendo de un esmalte que me compré en los chinos, de la marca Leticia Weil (Wtf?), que es un esmalte duochrome que viraba del azul intenso al morado. No me gustaba mucho, ya que era un color muy transparente que necesitaba al menos cinco capas para lograr opacidad y luego quedaba muy grueso en la uña, amén de no secar nada rápido. Pero no hay mal que por bien no venga, y estas características lo hacían perfecto para hacer un franken como éste.

Como sabéis si habéis leído este blog con algo de atención, los esmaltes de glitter necesitan bases transparentes, acuosas, para mostrarse en su máximo esplendor, para que la purpurina brille por debajo de la base y tener profundidad y matices. De lo contrario, la purpurina se nos hunde en la base y nos queda un esmalte lleno de bultos, bastante plano y feo.

Así que me puse manos a la obra, y decidí mezclarlo con una purpurina holográfica que tenía por casa, comprada en TKB Trading, que es una tienda online basada en Estados Unidos que vende los productos necesarios para hacer nuestro propio maquillaje mineral: Pigmentos, purpurinas, mica... Ésta en concreto es su Holla Glitter, que cuando yo la compré venía de un proveedor diferente, y ahora mismo no sé si será la misma, ya que le han cambiado el nombre a Holographic Glitter, por lo que parece. Creo que Mac tiene un producto similar, pero no estoy segura al 100%.


Así que ni corta ni perezosa, me fabriqué un embudito de papel y empecé a echarle purpurina... Y purpurina... Y purpurina... Y purpurina... Hasta que quedó tal que así

¿Mola o que? ¡A mi me mola muchísimo! El hecho de tener la purpurina hace que el pincel coja mucho más esmalte y esté opaco en dos capas, en lugar de las cinco que utilizaba anteriormente, lo que hace que sea un poco complicado de aplicar, pero bueno, eso no es culpa de nadie. También queda bastante rugoso en el acabado debido a la ingente cantidad de purpurina que lleva, pero eso se soluciona fácilmente con una capa de brillo y otra de topcoat.

Espero que os haya resultado una entrada interesante y ¿Porqué no? Comencéis a experimentar con vuestros propios esmaltes y pigmentos para crear otros nuevos.

¡Portaos bien!